domingo, 26 de junio de 2011

El cisne negro

Nada que no se pueda esperar de la vida de una bailarina clásica… ¿O todo? Nina está a un paso de alcanzar la gloria. Se presenta como una bailarina modesta, con un dejo de inocencia infantil, débil como la bailarina de su cajita de música. Toda su vida está impregnada de baile, desde su madre hasta sus hábitos. ¿Por qué entonces habría de dudar de sus chances para convertirse en la Reina Cisne Odette?

Su mayor fortaleza es también su principal debilidad: es perfecta para representar al Cisne Blanco, tiene pureza, delicadeza, todo lo que se necesita. Sin embargo, carece de las aptitudes que necesita para encarnar el papel de Odile, la vil hermana que hurta su príncipe amado.

El sacrificio que Nina protagoniza es nada más y nada menos que una completa transformación: dejar que la oscuridad gane por sobre la claridad, que Odile se apodere de su cuerpo y su mente y se refleje en su actuación. Su mayor deseo, así como el de Natalie Portman al configurar al personaje de Nina, es encontrar la perfección, tal vez en su forma más inesperada, más cruenta, más destructiva; la forma que eligió Odette en el acto final del Lago de los Cisnes.



domingo, 28 de noviembre de 2010

Algunos asuntos relacionados con las reseñas

Odio que los críticos de cualquier índole, ya sea de arte, literarios o cinematógrafos hablen de que una obra de arte tiene el "toque" de su autor, reduciendo todo el trabajo de una vida a un par de consignas como "colores tierra", "buen uso de la perspectiva", "desopilante", "atrevido", "pinceladas cargadas", "arte abstracto". Igual que la música "punk", "pop", "retro", "rock", "indie", "hardcore", "metal", "heavy metal"... Hay cosas que no se pueden encasillar, el arte es una de esas cosas. No creo que los autores hayan pretendido que todas sus obras fueran iguales, no creo que todos quieran adherir a un movimiento en el cual se los coloca por el simple hecho de estar influenciados por las condiciones temporales y espaciales que los rodeaban. Si alguien hace algo distinto es un "adelantado para su época".
Todo este asunto me recuerda a El túnel. El artista llega a buscar a quien entienda su obra tan desesperadamente que, al encontrarlo, enloquece, se aferra a esa persona con tal ímpetu que pierde la noción de los límites. El temor a perder la única esperanza de comprensión en un mundo donde la ignorancia deliberada está en boga destruye cualquier intento de civilización. Es eso. La civilización misma destruye los intentos de civilizar. Los "expertos" catalogan las obras para estudiarlas mejor, porque les conviene, no porque sea algo necesariamente real. No podemos negar que todas las novelas de Jane Austen tienen un factor en común, pero el proceso de la lectura es lo que se disfruta, ese final predecible y sin embargo esperado... ¿Por qué quieren eliminar ese proceso y reducir todo a "novela rosa con final predecible de principios de siglo XVIII"?
Decía, la barbarie aparece al mismo tiempo que la civilización. Los crímenes que los hombres cometen en pos de crear un orden rompiendo el existente, por la simple testarudez de creer que el suyo es mejor, son los verdaderos atentados contra esa consigna. Por ahí no parece que tenga demasiado que ver con el tema que empezamos, pero ambos están vinculados de alguna manera. Querer guardar todo el arte en un museo itinerante, en un librito de impresionismo, en unos apuntes de historia del arte es patético. Es querer quitar el salvajismo que se pretendía, aún en las creaciones más inocentes. Así se logra violencia. Se logra crítica (mala e innecesaria). Es decir: "Este tipo no tenía nada de especial, pintaba unos girasoles y se cortó una oreja.". Resumir todo en una oración es de perezosos, de ambiciosos por probar sus capacidades de síntesis. Apuesto que si les dieran las obras desordenadas, si no supieran que tal y cual pertenece al mismo tipo, les sería difícil relacionar unas con otras.
Pretendo: ver cada expresión como única e irrepetible.



"En el Salón de Primavera de 1946 presenté un cuadro llamado "Maternidad". Era por el estilo de muchos otros anteriores: como dicen los críticos en su insoportable dialecto, era sólido, estaba bien arquitecturado. Tenía, en fin, los atributos que esos charlatanes encontraban siempre en mis telas, incluyendo "cierta cosa profundamente intelectual". Pero arriba, a la izquierda, a través de una ventanita, se veía una escena pequeña y remota: una playa solitaria y una mujer que miraba el mar. Era una mujer que miraba como esperando algo, quizá algún llamado apagado y distante. La escena sugería, en mi opinión, una soledad ansiosa y absoluta. Nadie se fijó en esa escena: pasaban la mirada por encima, como por algo secundario, probablemente decorativo. Con excepción de una sola persona, nadie pareció comprender que esa escena constituía algo esencial."

El túnel, Ernesto Sábato.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Bittersweet endings

If you are hopelessly romantic or you want to please your sweetheart with some corny staff I have the perfect option for you. If, however, you are not the sensitive kind, you must know Gone with the wind and 500 days of summer aren’t like the ordinary predictable love films.

The common patern between both films is the thematical content: the conflictive relationship that the main characters established, and the unexpected ending. Furthermore, both male characters, Tom Hansen from 500 days of summer and Rett Butler from Gone with the wind suffer their lovers’ rejection and deception. However, their personalities differ: Tom is a very shy and low profile guy, whereas Rett is known for being a womanizer who refuses to maintain a long relationship. Both female figures resemble each other in their beauty and stubbornness. Scarlet O’Hara, magnificently represented by Vivien Leigh, encounters the problem of deciding between the man with whom she’s obsessed (Ashley Wilkes) and the one who really loves her (Rett). Summer Finn, played delightfully and with the exact quantity of ambiguity by the amazing Zoey Deschanel (sister of the famous Emily Deschanel from TV serie Bones) finds it difficult to cope with Tom’s feelings as she doesn’t feel the same. She is unable to set the terms and limits of the relationship clearly.

Gone with the wind differs from 500 days of summer in its antiquity. It is almost a cult-classic film, remembered by anyone who has a reasonable Hollywood’s story knowledge. It is also said that it was the most faithful film to the book it was based on, written by Margaret Mitchell. Maybe the acting isn’t sober enough, but the dialogues are worth to remember as well as the soundtrack.

Whichever you chose, both endings will let you a slight bitter taste on your mouth and you’ll probably start questioning yourself about philosophical issues. However, if you are looking for an entertaining afternoon’s viewing, I recommend you 500 days of summer, that is shorter and unique in its genre.





Algo que escribí para inglés y que quedaba bien para este blog :)

sábado, 29 de mayo de 2010

¿Qué es cocoliche?

Cocoliche es un blog de reseñas literarias y cinematográficas. Fue un proyecto que se me ocurrió cuando me di cuenta de que me gustaba el cine y la literatura. Pensé ¿Por qué no transmitir ese sentimiento, a veces iluso, cargado, ornamentado, cursi, a veces amargo, tremendista, desosegado, trágico, ese tono por momentos lúgubre, por momentos maravilloso, que la vida misma regala a través del arte, o más bien el arte regala a través de la vida?
Para darle un toque más… “colectivo” si se quiere, le propuse a (por ahora) dos amigas de participar en este proyecto, más como un entretenimiento que como una obligación. Cualquiera que así lo desee puede enviar su reseña, porque hay tantos géneros, tantos autores y directores, que sería más rico si así se hiciera.
Pero no es mi intención que la literatura y el cine sean los únicos elementos aquí presentes. Creo que se puede reseñar cualquier cosa que se experimente: un festival, una visita, un cuadro, un hecho histórico… Veremos qué tan lejos llegamos.